martes, 19 de enero de 2010

MI DIOSA


No puedo explicarlo.
No me vienen las palabras.
Quizás porque ni reuniendo todas las palabras del mundo, podría llegar nunca a describir ni un poco de la formidable INTENSIDAD que me brinda su mirada. Como tampoco podría llegar a explicar en miles de versos inútiles, lo que siento cuando a través de esa mirada, me permite LEER abiertamente las páginas de su alma.

En verdad, no puedo explicarlo.
Cuando éll me mira, sus ojos me devuelven la fe en que es una DIOSA.

Mi diosa.
La única con el poder de regalarle unas ALAS para volar en sueños, hasta donde yo camino, el Olimpo donde vivo, y único lugar adónde siempre deseo volver.
Y cuando élla me mira, de ESA manera, río y me estremezco, y tiemblo, henchisado por la emoción, desbordada por los sentimientos, ORGULLOSO de tener la princesa de cuento inmaterial. Un sueño tan frágil, sutil, fugaz y delicado, como una como la BURBUJA en la que ambos misteriosamente nos sumergimos. Un espacio donde el tiempo se detiene, y donde él se hace GRANDE, inmenso, inconmensurablemente bello, rendida FELIZ a sus deseos .

Quizás no llegue nunca a poder explicarlo.
O puede que deba empezar a creer, que de algún modo ella encontró al fin… la HORMA de su zapato?

Para ti.
Desde hoy, tu más devoto servidor entre los mortales.


Cada vez que leo a mi DIOSA, consigue hacerme volar, crear una sensación indescriptible en mi interior.

Pero no sólo me pasa al leerla, sino cada vez que pienso en Ella, en los instantes compartidos, al pensar en sus gestos, en su sonrisa, al imaginar su tono de voz, o todos y cada uno de sus movimientos…

Al inhalar bocanadas de su esencia, siento activar mis cinco sentidos y hacerlos fluir a un ritmo vertiginoso, a la vez que transmitirme una paz interior abismal.

Yo tampoco sabría describir todo lo que he sentido, pues ha sido como estar envuelto en un halo mágico, como estar VOLANDO sobre una nube de la cual no quieres bajar, una nube que te envuelve y te hace sentir especial, una nube que consigue hacerte diferente.
...

Han sido tantas las emociones, los sentimientos y las sensaciones que jamás podré olvidar, por la intensidad y ternura con la que han sido vividas, que sería incapaz de ordenarlas, pues no sabría cuál de todas ellas exactamente ha conseguido hacerme estremecer.

Gracias por compartir todos esos momentos, por hacer emanar de mis órbitas esas lágrimas de felicidad, por saber captar el mensaje de esas miradas cargadas de sentimientos.
Gracias por hacerme sentir especial.

Gracias por hacerme grande a sus pies.

Gracias... mi DIOSA.