
Poco más de las 6 de la mañana. Respiras profundamente a mi lado. Es normal, ya había salido el sol cuando decidimos dejar de jugar y tratar de dormir un rato. De repente diversas imágenes inundan mi mente.
Imágenes de lo que pasó anoche. En esta misma cama. Estoy cansado. Pero me da igual. Noto que mi brazo cruza tu espalda desnuda para descansar sobre tus nalgas. Justo a la vez noto que algo empieza a despertarse ahí abajo.
No sé si será por mi imaginación o por el suavísimo tacto de tu piel. Inconscientemente empiezo a acariciarte muy suave, muuuy despacio... Me encanta tu culito. Muy redondo, con la carne muy firme. Y una piel suave. Demasiado suave. Sobre todo en esa zona en la que se unen los dos cachetes. Me encanta.
No me gusta despertarte, lo reconozco. Pero hoy ha sido un placer. La sábana te cubre media espalda, y mientras sigo acariciando tu precioso culo se te escapa una sonrisa y un suspiro. No sé si antes disimulabas o te estás despertando lentamente. En realidad me da igual. Creo que no te disgusta el masaje, así que aumento un poco la intensidad de mis caricias. A veces un dedo profundiza un poco más. Tu respiración sigue igual de profunda, pero ahora es más ruidosa, más agitada. Aparto el pelo de tu cara para descubrir que me miras fijamente. No sé qué me dices, pero capto el mensaje. "No pares". Tranquila. No pensaba parar. Tus caderas se elevan apenas un centímetro y trazan círculos en el aire, acompañando mis caricias.
Dos dedos se me escapan un poco más abajo, para regresar empapados. Ufff, qué mojada estás... Mi mano derecha sigue masajeando, ahora apretando tu carne. Fuerte. Cada vez más fuerte. Tiemblas. Aparto la sábana, ya no necesitamos ningún calor extra... Me pongo encima de ti, te encanta la presión. Notas mi carne durísima sobre tu culo, mientras beso tu hombro. Viajo, de beso en beso, del hombro a tu oreja... suspiras. Es increíble. Decías que no era facil excitarte por la mañana... hoy no lo ha sido. Te noto caliente, ardiendo bajo mi cuerpo. Aprieto tus piernas, cerrándolas muy fuerte con las mías. Quiero que te abandones a mí. Que te sientas totalmente disponible a mis deseos. Expuesta. Te encanta. Te noto sonreir. Bajo por tu espalda para apretar tu cuerpo con mis manos. Mi lengua recorre tu columna, de los riñones al cuello... Dios, ¡estás entregada! Cómo me pone verte así... preciosa. Tu suavísima piel para mí. Sólo una vez has intentado girarte y participar. "Shhhh...", es lo único que he tenido que decirte para que vuelvas a tu postura. Esta mañana no te vas a mover... pero lo vas a pasar bien. Espero que ya lo estés pasando bien...
Ufff, qué bien huele tu piel. Mordisqueo tus nalgas, despistándote, hasta que te meto la lengua entre los labios sigues recostada de espaldas. Tiemblas. Pierdes el control de tus caderas. Tus jugos inundan mi lengua y mi boca, es increíble. La sábana está bastante mojada justo debajo de ti... Mmmmm, estoy deseando tomarte, pero antes quiero jugar un poco más. Abro tus piernas, pasando una mano por debajo. Mientras mi lengua sigue recorriendo tus labios, mis manos reparten sus esfuerzos. Dos dedos de la derecha se pierden dentro de ti, muy dentro... uno de los dedos de la izquierda juega con tu clítoris, llevándote al límite para retirarse una y otra vez.
Mientras mis dedos siguen penetrándote incansablemente mis besos vuelven a subir por tu espalda... Me quedo en tu cuello un buen rato, succionando, lamiendo cada centímetro de tu piel antes de buscar tus labios. Me encanta besar así, de lado. Los labios encajan. Las lenguas se entrelazan, noto tu aliento entrecortado en mi boca... No puedo más. Vuelvo a subirme encima de ti y sin dudarlo atravieso mi limite auto inpuesto de una vez. Desde atrás. Se te escapa un grito. Un largo grito de placer. La dejo dentro, bien quieta. Los segundos se eternizan, pero yo juego con tu oreja. Te vuelves loca... jadeas, agitas tus caderas para que empiece a moverme. Esta vez sí que te complazco. Son movimientos rápidos pero largos, metiéndola y sacándola entera cada vez. Fuerte. Ufff, qué cuerpo tienes. Lo veo vibrar con mis embestidas, estoy deseando darte mas . Pero no lo hago. Sé que lo esperas, que lo ansías...
Me basta con verte así, con llevarte una vez más al borde del orgasmo justo antes de parar una última vez. Empezamos a tener calor. Nuestros sudores hace tiempo que están mezclados... Tu piel, suavísima, ahora sabe salada. Ahora te estoy amando muy despacio, mi cadera descansando en tu culo, sólo rotando. Así la notas muy fuerte, en el clítoris... el ángulo es justo el acertado... pero yo tampoco puedo aguantar más. Tus gritos me están volviendo loco. Nada me gusta más que ver y escuchar cómo u disfrutas. Dejo un último suave mordisco en tu cuello para coger tus manos con las mías, para inmovilizarte. Sin sacartela paso mis piernas haxi muy profunda, o eso creo. En cuanto empiezo a acelerar el ritmo noto cómo viene. Desde muy abajo. Estás a punto de terminar, pero no voy a dejar de acelerar hasta que nos hayamos corrido los dos. Así que me muevo lo más rápido que puedo, mientras tus gemidos se confunden con mis jadeos... por suerte tus gritos tapan mis suspiros. Ufff, me encanta el ruido que hacen mis caderas al chocar con tigo, cada vez más fuerte... Mucho calor, noto cómo sudo, cada vez más... Me encanta verte así, de espaldas, cómo disfrutas. No sé cómo has conseguido meterte mi dedo pulgar en la boca, y lo succionas en el momento justo en que me corro escandalosamente. Ya sé, yo no suelo hacer ruido. Casi nunca. Antes de mi tercera descarga llega el tuyo, y es más fuerte aún que los de la noche anterior. Cierras los ojos, te doblas sobre ti misma, gritas, pierdes la noción del tiempo y del espacio durante casi un minuto... qué espectáculo. Ufff. Gracias.
Cuando por fin recuperamos el aliento estamos agotados. Los dos. Curiosamente incluso tú pareces más cansada que yo... el momento perfecto para darse un baño ¿no?
bullx................te espero?