Los amantes no sueñan con el futuro. Saben que el tiempo está ahí, a la vuelta del calendario, irreparable, irremediable. Como la fuerza que los arroja a las oscuridades, jadeantes y amnésicas.
Los amantes no piden nada. O casi nada -que no es lo mismo, pero es igual. Abren la boca tímidamente para llamar al labio próximo que también llama. Huyen de todos los sitios con una mala excusa debajo de la garganta.
Los amantes son unos inmorales. Tanto que ni siquiera les duelen las culpas, ni siquiera saben que son inmorales, de tan perversos. Y sin embargo, en el fondo de la perversión, algo como una ternura desesperada conmueve a los pocos que los conocen.
Los amantes no mienten promesas. Son exclusivistas, sin embargo, a su modo. La pertenencia formal no la reclaman. Saben que el vínculo de ellos corre sigilosamente, por el subsuelo. Son invisibles, como los espectros de la vida y la nuerte.
En los besos que besan tienen siempre un sabor ajeno. Beben de un mismo vaso, se dibujan secretos con las manos. Nómadas de punto fijo, desesperados en su fuga, los que han querido interponerse todavía están heridos. Siempre, a solas, se desenmascaran, y en ese secreto son tan resplandecientes que duelen las pupilas.
Buena y linda noche.o buen dia y mejores escapadas
(Hoy escuché una canción bien triste... y me gustó mucho, chale.... )
los que me conosen saven cual es
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